Evangelios 18 Noviembre |El hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estába perdido

MIÉRCOLES 18 DE NOVIEMBRE

RESUMEN DEL EVANGELIO, MIÉRCOLES 18 DE NOVIEMBRE
DEDICACIONES DE LAS BASÍLICAS DE SAN PEDRO Y SAN PABLO, UBICADAS EN ROMA

Lucas 19, 11-28: “No queremos que él sea nuestro rey”.
En aquel tiempo, Jesús estaba cerca de Jerusalén y añadió una parábola, pues los que le acompañaban creían que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro. Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse. Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: ‘Negociad hasta que vuelva’. Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: ‘No queremos que ése reine sobre nosotros’.

»Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu mina ha producido diez minas’. Le respondió: ‘¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades’. Vino el segundo y dijo: ‘Tu mina, Señor, ha producido cinco minas’. Dijo a éste: ‘Ponte tú también al mando de cinco ciudades’. Vino el otro y dijo: ‘Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste’. Dícele: ‘Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré; pues, ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses’.

»Y dijo a los presentes: ‘Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas’. Dijéronle: ‘Señor, tiene ya diez minas’. ‘Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí’».

Y habiendo dicho esto, marchaba por delante subiendo a Jerusalén.
_______________________________
MI COMENTARIO

1. ¿A qué nos invita esta memoria de la dedicación de esas dos basílicas? A repasar hoy lo que estos dos apóstoles hicieron por Cristo y por la Iglesia. Predicaron el mensaje de Jesús hasta los confines de la tierra y murieron mártires defendiendo la fe cristiana. Les damos culto de veneración, nunca de adoración que sólo a Dios pertenece. Les veneramos por la obra que hizo el Espíritu Santo en ellos. Veneración que se debe traducir en imitarlos, especialmente en el amor apasionado a Cristo y en el celo ardiente por la salvación de las almas.
2. Y del evangelio de hoy, que nos prepara para la fiesta de Cristo Rey, que será este próximo domingo, ¿qué podemos aprender?
a) Hagamos rendir los talentos y cualidades que Dios nos ha dado para extender el Reino de Cristo en nuestra familia, entre los amigos, en el trabajo, en las comunidades parroquiales, en nuestros movimientos eclesiales. No sólo rezando, sino también haciendo apostolado desde todos los campos: catequesis, familia, jóvenes, adolescentes, medios de comunicación social, trabajo con enfermos, migrantes, pobres, ancianos, etc.
b) Convencer a los que gritan: “No queremos que él sea nuestro rey”, para que conozcan a Cristo Rey, lo amen, lo sigan, y luchen también en este su Reino, que es Reino de justicia, amor, paz, verdad. El desenlace de esta parábola con aquellos que no quisieron aceptarlo como rey, es durísimo: “tráiganlos y mátenlos en mi presencia”. ¡De Dios nadie se burla! Cuidado, pues el juicio de Dios sería serio y justo.

Que la Virgen nos ayude a prepararnos para la fiesta de su Hijo Rey del Universo. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.