Lunes 8 de febrero
RESUMEN DEL EVANGELIO, 8 DE FEBRERO
SANTA Josefina Bakhita (afortunada, siglo XIX-XX))
San Jerónimo Emiliani, fundador de los Somascos (siglo XV-XVI)
Día de oración contra la trata de esclavos. Pidamos hoy a Dios que ya acabe esta triste realidad: la trata de esclavos. ¿Cómo es posible que exista gente que trate a las personas peor que a animales? El papa Francisco ha hablado con mucha pena de esto. Pidamos la intercesión de santa Bakhita para que se termine la trata de esclavos. ¡Es indigno! Dios nos ha hecho libres.
Bakhita nació en Sudán (África) entre 1869 y 1872, en la tribu de los Dagiú. Siendo todavía niña, los negreros la raptaron y vendieron cinco veces en los mercados de esclavos. El miedo que experimentó en el rapto y con tantos golpes que le dieron le provocaron una amnesia que le hizo olvidar incluso su nombre. Bakhita es el nombre que le dieron los secuestradores. Así le pusieron el día de su bautismo, en Italia. Experimentó las humillaciones y los sufrimientos físicos y morales de la esclavitud, pasando de mano en mano por varios dueños. En Jartum la compró un cónsul italiano, que se la llevó a Génova y se la cedió a unos amigos. Estos, en 1888, la confiaron a las religiosas canosianas de Venecia. Se fue acercando al catolicismo, en 1890 recibió el bautismo y en 1893 entró en el noviciado de las Hijas de la Caridad Canosianas. Por deseo de sus superioras, escribió sus memorias personales. Durante muchos años se dedicó a diversos trabajos domésticos en la casa de Schio (Vicenza, Italia), hasta que una artritis deformante la dejó postrada en una silla de ruedas. Murió en Schio el 8 de febrero de 1947. Juan Pablo II la canonizó el año 2000. ¡Qué vida tan edificante! Que Dios sea nuestro único Patrón, como ella decía.
Marcos 6, 53-56: En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos hubieron terminado la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcaron, le reconocieron en seguida, recorrieron toda aquella región y comenzaron a traer a los enfermos en camillas adonde oían que Él estaba. Y dondequiera que entraba, en pueblos, ciudades o aldeas, colocaban a los enfermos en las plazas y le pedían que les dejara tocar la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaban salvados.
MI COMENTARIO
1. Del evangelio rescato estas verdades: podemos tocar a Jesús con la fe, especialmente en el sacramento de la confesión, que nos cura de nuestros pecados y heridas del pecado, y en el sacramento de la Eucaristía, que nos alimenta y fortalece nuestra fe y nuestro amor.
2. Los dos santos que hoy celebramos tocaron a Jesús: santa Bakhita y san Jerónimo Emiliani, fundador de los somascos, dedicados al servicio de todos los miserables, los enfermos, los jóvenes y niños abandonados, y al rescate de las prostitutas. Fue padre y protector de los huérfanos, para los que abrió escuelas gratuitas, fundó para su atención la Orden de los Clérigos Regulares de Somasca, hoy los somascos. Tocó a Jesús en esos pobres y enfermos. Y Cristo le tocó a él dándole una vida nueva, pues en su juventud llevó una vida licenciosa y pecadora.
3. Acerquémonos hoy a Jesús con fe, y toquémosle con una fe firme, fuerte y humilde en la oración y en los sacramentos. Dice el evangelio de hoy: “Cuantos lo tocaron, quedaron curados”. ¿A qué esperamos? ¿Crees tú esto?
Les deseo una nueva semana llena de bendiciones. Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.