Share

Evangelio 22 Noviembre|Dió cuanto tenía para vivir

RESUMEN DEL EVANGELIO, LUNES 22 DE NOVIEMBRE
Santa Cecilia, patrona de la música (siglo II-III), mártir

Lucas 21, 1-4: En aquel tiempo, alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir».


MI COMENTARIO

  1. Estamos ya en la última semana del año litúrgico. El próximo domingo ya comenzamos el Adviento para prepararnos para la Navidad. Entramos en el ciclo C. Vivamos esta semana saboreando el fruto de la fiesta de Cristo Rey que ayer celebramos con tanto fervor y alegría. Y preparémonos para vivir el adviento con una gran esperanza en la venida de Cristo, que nos traerá la paz y el amor, para sobrellevar con paciencia nuestras necesidades.
  2. ¿A qué nos invita este evangelio de hoy? A dar a Dios, no lo que me sobre, sino lo que más me cuesta. No sólo cosas materiales, sino también darle mis pensamientos, mis afectos, mi corazón, mi familia, mis hijos, mi apostolado, mi tiempo, mi trabajo. Hay una frase en los Hechos de los apóstoles muy hermosa: “Hay más alegría en dar que en recibir” (Hechos 30, 35). Esta viuda no estaba obligada a dar, pues era muy pobre. Lo que tenía era para subsistir y, sin embargo, da, comparte. Su generosidad es ejemplar y única. Y Cristo se fijo en ella y la puso como ejemplo.
  3. Cada uno tiene que responder a Dios esta pregunta: ¿Estoy dando lo mejor a Dios o lo que me sobra? En concreto, ¿qué estoy dando a Dios como cristiano, como casado, como soltero, como sacerdote, como consagrado, como apóstol en un movimiento o grupo parroquial? No demos lo que nos sobra. Dios conoce nuestro corazón y nos premiará. Además, no olvidemos: “llevaremos ante Dios, cuando entreguemos nuestra alma, lo que hemos dado y él nos felicitará…y lo que nos hemos reservado aquí abajo, lo tenemos que dejar aquí”.

Las personas que dan y comparten son las más felices de la vida, no importa si dan mucho o poco. Nadie es tan rico que no tenga necesidad de recibir, y nadie es tan pobre que no pueda ofrecer algo. La santa que hoy celebramos, santa Cecilia, ofreció su vida a Cristo, en cuerpo y alma, cuando sus padres querían casarla con alguien importante. Cecilia convenció a este su esposo, para que la respetara, pues se había comprometido con Cristo Esposo. Y él la respetó. Y ambos murieron asesinados por los enemigos de la fe católica. Pidamos a santa Cecilia la gracia de ser generosos con aquellos hermanos más necesitados, que están a nuestro lado y que conocemos. Les mando la bendición de Dios y les deseo una semana llena de luz, amor y paz. P. Antonio Rivero, L.C.