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Evangelio 11 Mayo|Ahora me voy al que me envió

MARTES 11 DE MAYO

RESUMEN DEL EVANGELIO, MARTES 11 DE MAYO

Juan 16, 5-11: En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ‘¿Adónde vas?’. Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando Él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado».
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MI COMENTARIO

Cristo se está despidiendo y nos está prometiendo su Santo Espíritu. Iremos explicando estos días los atributos del Espíritu Santo para que crezca en nosotros la devoción a Él.

1. El Espíritu Santo es Maestro interior que va explicándonos poco a poco, si rezamos, los misterios y las palabras de Jesús en el Evangelio que tal vez nos cuesta entender. Por ejemplo, la lección de la cruz, del sufrimiento, del perdón, de poner la otra mejilla a quien nos ofende. Los apóstoles fueron comprendiendo cada día mejor las lecciones de Cristo. Y después esas lecciones las fueron enseñando por donde iban.
2. El Espíritu Santo es Paráclito, es decir, Consolador. ¡Cuántas veces atravesamos tristezas por muchas causas! ¿A quién acudir e invocar? Al Espíritu Santo que es bálsamo. Los apóstoles están tristes porque Cristo les ha dicho que debe volver al Padre. Es lógico que se entristezcan, porque Jesús fue su amigo durante esos tres años. Por eso, Jesús le alienta diciendo que les enviará su Santo Espíritu Consolador. También a nosotros.
3. El Espíritu Santo es Guía en nuestro caminar hacia el cielo. ¡Qué confianza nos da cuando vamos por un camino y alguien nos señala la dirección a donde vamos! Si no, nos perdemos. Uno no se explica, sin la guía del Espíritu Santo, cómo los apóstoles fueron de un lugar a otro, que no conocían, llevando la palabra de Jesús.
4. El Espíritu Santo es Arquitecto y Escultor de la imagen de Cristo en nuestra alma. Cuando uno ve el Moisés o la Pietá de Miguel Ángel se queda asombrado de lo perfectas que están. Así también el Espíritu Santo va todos los días, si le dejamos, esculpiendo la imagen de Jesús en nuestra mente, corazón, voluntad, alma. ¡Cómo fueron transformándose los apóstoles y superando sus defectos! Gracias al Espíritu Santo. Y porque ellos se dejaron. Así lo hará con nosotros.

Mañana continuaremos explicando los atributos del Espíritu Santo, para que lo conozcamos más, lo MARTES 11 DE MAYO