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Evangelio 24 Abril |Y quedaron todos satisfechos

Evangelio según San Juan 6,1-15.

Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades.
Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?».
El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
«Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?».
Jesús le respondió: «Háganlos sentar». Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada».
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: «Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo».
Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

RESUMEN DEL EVANGELIO VIERNES 24 DE ABRIL, JUAN 6, 1-15

Otro regalo de Cristo Resucitado: la Eucaristía. Una semana entera estaremos leyendo el capítulo 6 del evangelio de Juan, donde se narra el discurso del Pan de vida. ¿Qué significa? ¿Qué está anunciando Jesús con esta multiplicación de los panes y pescados?

1. En este evangelio, Jesús anuncia el gran regalo de la Eucaristía, es decir, el alimento que Dios nos ofrece en la santa Misa: el cuerpo y la sangre de su Hijo Jesucristo, bajo las especies del pan y vino. Es un misterio de fe: vemos pan y vino, pero nuestra fe nos dice que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Necesitamos este alimento en nuestra peregrinación por esta tierra para estar fuertes, nutridos. Detalles de este evangelio que no podemos olvidar:
a) Jesús se da cuenta de esta necesidad: tienen hambre.
b) Jesús pide la colaboración humana: compartan, lo poco o lo mucho que tengan.
c) Y Jesús realiza este milagro en comunidad
2. Hoy tenemos necesidad de muchos tipos de panes:
a) Ciertamente el pan material: ¡ojalá que nunca falta en todas las casas!
b) El pan del amor y el cariño en familia y en las comunidades o entre amigos, sin el cual no se puede vivir.
c) El pan de la cultura.
d) El pan del trabajo.
e) Y finalmente, el pan de la Eucaristía, esencial para nuestra vida eterna.
3. Fijémonos solo en el pan de la Eucaristía. Ahora en esta pandemia nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene en nuestra vida, y anhelamos la santa comunión. Ojalá que cuando pase este momento valoremos más este regalo de Cristo, sin el cual no podemos vivir en nuestra vida cristiana, desfallecemos en el camino.

Iremos valorando en estos días este regalo de la Eucaristía, pues en las misas de estos días se proclamará todo el discurso del Pan de vida, narrado en el capítulo 6 de san Juan, que les invito a leer estos días en particular y en familia. Les mando con gusto a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.