Evangelio 7 Junio | Su recompensa será grande en el cielo

LUNES 7 DE JUNIO

RESUMEN DEL EVANGELIO, LUNES 7 DE JUNIO

Mateo 5, 1-12: En aquel tiempo, viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros».
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MI COMENTARIO

¿Quiénes son felices para Cristo?

1. Algunos creen que felices son los que tienen dinero, los que son famosos o guapos, los que tienen óptimos trabajos, los que se dan a placeres de todo tipo, buenos o no tan buenos, lícitos o no tan lícitos, los que han ganado las elecciones en un país y han recibido todos los aplausos.
2. Hoy Cristo nos da el secreto de la felicidad para sus seguidores. Felices son:
a) Los pobres de corazón, es decir, los desprendidos, los que aun teniendo riqueza no están apegados al dinero y lo usan para la propia dignidad, educación de sus hijos y para socorrer a los necesitados.
b) Los mansos, es decir, los humildes, los que no son violentos cuando les hacen alguna injusticia.
c) Los que saben llorar los propios pecados y los pecados de la humanidad, con oraciones y sacrificios.
d) Los que tienen hambre de hacer la voluntad de Dios siempre.
e) Los misericordiosos que saben perdonar.
f) Los puros de corazón.
g) Los promotores de paz y no de guerras ni divisiones.
h) Los sufridos y perseguidos por la causa de Cristo.
3. Cada uno de nosotros ha de mirarse hoy al espejo de este retrato que Cristo nos ha trazado hoy: ¿qué me falta para ser feliz? ¿Qué me sobra para ser feliz?

Pidamos al Corazón de Jesús, en este mes de junio dedicado a él, que nos ayude a grabar en nosotros este perfil del auténtico cristiano, para que, quienes nos vean, puedan ver reflejada la imagen de Jesús. Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.

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