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Evangelio 19 Agosto | Muchos son los llamados pero pocos los escogidos

RESUMEN DEL EVANGELIO, JUEVES 19 DE AGOSTO

Mateo 22, 1-14: En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a los grandes sacerdotes y a los notables del pueblo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía a otros siervos, con este encargo: ‘Decid a los invitados: Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’. Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.

»Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».
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MI COMENTARIO

Se habla de un banquete…. de una invitación al banquete….de la respuesta a esa invitación…y del traje de fiesta que hay que llevar puesto, si queremos entrar a ese banquete. ¡Hermosa parábola o enseñanza para hoy!

1. Un banquete: el banquete que nos ofrece Dios Padre al darnos a Jesús, su Hijo, en la Eucaristía. Banquete que es sacrificio para nuestra salvación. Banquete que es comida de inmortalidad. Banquete que es prenda de la vida eterna en el cielo, donde celebraremos el banquete eterno junto a Dios y a los amigos de Dios, los santos.

2. Una invitación: Dios no obliga a nadie. Invita a todos. Quiere compartir su amor y amistad con nosotros sus hijos y amigos.

3. Una respuesta: ¡Qué pena que muchos prefieren sus negocios y placeres y desprecian la invitación a este banquete! ¡Cuánto dolor provocamos a Dios cuando no aceptamos esa invitación! Pero él respeta nuestra libertad. A nadie obliga.

4. Un traje de fiesta: si aceptamos libremente la invitación, tenemos que llevar el traje de fiesta, es decir, la amistad con Dios y la caridad con nuestros hermanos.

Meditemos hoy en esto. Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.