RESUMEN DEL EVANGELIO, VIERNES 7 DE ENERO
Lucas 5, 12-16: curación de un leproso.
Estando Jesús en uno de esos pueblos, se presentó un hombre cubierto de lepra. Apenas vio a Jesús, se postró con la cara en tierra y le suplicó: «Señor, si tú quieres, puedes limpiarme». Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda limpio». Y al instante le desapareció la lepra. Jesús le dio aviso que no lo dijera a nadie. «Vete, le dijo, preséntate al sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como ordenó Moisés, pues tienes que hacerles tu declaración». La fama de Jesús crecía más y más, a tal punto que multitudes acudían para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él buscaba siempre lugares solitarios donde orar.
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MI COMENTARIO
1. Comentemos lo que era la lepra en la Biblia y en tiempo de Jesús:
Desde un punto de vista teológico, “la lepra” representa en la Biblia el pecado. Para la sociedad de tiempos de Jesús, la lepra era consideraba como castigo del pecado. Era la enfermedad más terrible puesto que entonces era incurable. El leproso vivía alejado de la sociedad en cuevas y descampados, fuera del mundo de los sanos. La lepra era «primogénita de la muerte» (Job 18,13). Compara la purificación de la lepra con la purificación de nuestros pecados. Como la lepra es algo tan visible, que causa que el cuerpo se deteriore y se corrompa, sirve muy bien como símbolo de un estado pecaminoso. El pecado corrompe a la gente espiritualmente de la misma forma que la lepra lo hace físicamente. Era la lepra un terrible mal. Cargaba con una doble desgracia quien sufría esta enfermedad: su cuerpo, lleno de repulsivas llagas purulentas, se iba cayendo en pedazos, y el leproso era puesto fuera de todo contacto con los sanos. Por una ley muy cruel, el leproso era segregado, obligado a ir lejos incluso de los suyos. En el libro del Deuteronomio aparece esa ley para el pueblo de Israel. De igual manera trataban otros pueblos a los leprosos. Inglaterra los desterraba a la isla de Molokai, en el archipiélago de Hawái.
2. ¿Qué hizo Jesús ante ese leproso del evangelio? Lo curó porque encontró en el leproso unas actitudes que le conmovieron a Jesús:
a) Ve a Jesús, de quien habría oído hablar.
b) Se postra ante Jesús, reconociéndolo como Dios.
c) Le pide con humildad que lo cure, si Jesús quiere. No le obliga.
d) Jesús le cura extendiéndole la mano y tocándolo.
e) Obedece a Jesús cuando le dice que se presente al sacerdote y le diga que ha sido curado.
f) Ofrece un sacrificio de purificación por la curación.
3. Reflexionemos ahora en nosotros: todo pecado en nuestra vida es como una lepra, sobre todo si es pecado mortal. ¿Qué tenemos que hacer? Imitar a este leproso del evangelio: acudir a Jesús humildemente en la confesión y confesarle nuestros pecados. Así Él nos sanará y daremos testimonio de nuestra curación. Si hemos cuidado mucho en estos años de covid para no ser contagiados, ¡mucho más tenemos que hacer con el pecado: fuera de nuestra vida el pecado grave!
Desde lo más hondo de nuestro corazón digámosle a Jesús: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.