RESUMEN DEL EVANGELIO, 6 DE JULIO
SANTA MARÍA GORETTI, VIRGEN Y MÁRTIR (1890-1902).
La vida de esta adolescente es edificante. Por ser fiel a su pureza fue asesinada por un joven de 21 años llamado Alejandro Serenelli, cuando ella tenía 14 años, por defender la pureza. El joven quiso violarla, pero ella se opuso diciéndole: “No, Alejandro, eso ofende a Dios; eso es pecado”. Pero él no hizo caso y le clavó 14 puñaladas en el pecho con un cuchillo. Y María Goretti fue llevada al hospital y antes de morir sólo dijo: “Perdono a Alejandro”. ¡Qué ejemplo nos da esta adolescente de 14 años! Pidamos su intercesión hoy por todos los jóvenes, chicos y chicas, para que vivan la pureza como Dios lo quiere.
EVANGELIO, Mateo 9, 32-38: Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado. Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: Jamás se vio cosa igual en Israel. Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios. Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, reclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban cansados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
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MI COMENTARIO
Del evangelio de hoy, podemos aprender lo siguiente:
1. Jesús cura a un mudo poseído por el demonio. Provocó dos reacciones: admiración por parte de unos. Y por parte de los fariseos, crítica. Mateo pone de manifiesto el poder de Jesús contra el mal y la muerte. Y al mismo tiempo, Jesús nos muestra su gran sensibilidad al sentir compasión por los necesitados, extenuados y cansados.
2. Si miramos hoy nuestro mundo, podemos ver cómo hay tanta gente extenuada, desorientada, sorda a la Palabra de Dios. Si saliéramos de nuestro mundo y recorriéramos los caminos, nos daríamos cuenta, como Jesús, de las necesidades de la gente. Debemos comprometernos en la evangelización para que nuestros hermanos conozcan y acepten a Jesús, y así sean curados.
3. Comencemos a evangelizar en la propia casa, en el trabajo, en la parroquia, en las comunidades, entre los amigos. La mies es mucha, los trabajadores son pocos. Roguemos al dueño de la mies mande más trabajadores. Y nosotros, ofrezcamos nuestras manos y pies y boca para llevar el mensaje de Jesús. Sigue habiendo mudos, sordos y paralíticos. Y Dios se servirá de nosotros para curarlos.
¡Fuera nuestra mudez, prediquemos a Jesús! ¡Fuera nuestra sordera, escuchemos a Jesús en su Palabra! ¡Fuera nuestra parálisis, dejémonos curar por Jesús! Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.