Evangelio 5 Enero | Sígueme

RESUMEN DEL EVANGELIO, MARTES 5 DE ENERO

Del santo Evangelio según san Marcos 6, 34-44:
Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Era ya una hora muy avanzada cuando se le acercaron sus discípulos y le dijeron: «El lugar está deshabitado y ya es hora avanzada. Despídelos para que vayan a las aldeas y pueblos del contorno a comprarse de comer». El les contestó: «Dadles vosotros de comer». Ellos le dicen: «¿Vamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?» El les dice: «¿Cuántos panes tenéis? Id a ver». Después de haberse cerciorado, le dicen: «Cinco, y dos peces». Entonces les mandó que se acomodaran todos por grupos sobre la verde hierba. Y se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los fueran sirviendo. También repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron. Y recogieron las sobras, doce canastos llenos y también lo de los peces. Los que comieron los panes fueron cinco mil hombres.
_______________________________
MI COMENTARIO

¿Qué podemos aprender de Jesús en este evangelio? A tener un corazón sensible y lleno de caridad. Para ello se necesitan tres cosas, como nos lo demuestra Jesús aquí:

1. Ver las necesidades de los hermanos: a veces sólo pensamos en nosotros mismos, miramos nuestras necesidades, y no vemos que nuestros hermanos de al lado sufren más que nosotros. ¡Abramos los ojos! Quitémonos toda miopía y astigmatismo.
2. Sentir compasión en el corazón: a veces también nuestro corazón es insensible, como nos ha dicho muchas veces el papa Francisco. Y pasamos por las veredas de la vida con una indiferencia espantosa, con corazón duro y de piedra, que no se compadece. Nos falta ternura. Jesús tenía un corazón lleno de ternura y por eso se compadecía de esas ovejas que no tenían pastor.
3. Solucionar el problema, dando lo mejor que tenemos: sabemos que tenemos que poner nuestra colaboración, los cinco panes y los dos pescados. El milagro lo hará Jesús. El multiplicará nuestra poquedad. Jesús fue generoso, pues incluso sobraron doce canastos. Y eso que eran cinco mil hombres.

Este evangelio es, pues, una invitación a vivir la caridad en nuestro día a día. Al final de la vida nos examinará Dios del amor que hemos tenido para con Dios y con nuestros hermanos. No nos llevaremos lo que nos hemos guardado, sino lo que hemos compartido con nuestros hermanos. Ya esta noche, o mejor en la madrugada del miércoles 6, vuelvo, Dios mediante, a México. Les pido recen por mí, para que mi viaje sea sereno. Mañana miércoles no esperen mi comentario del evangelio, pues estaré volando. Les mando la bendición de Dios a cada uno de ustedes y a su familia, P. Antonio Rivero, L.C.