LUNES 4 DE ENERO
RESUMEN DEL EVANGELIO, LUNES 4 DE ENERO
Mateo 4, 12-17.23-25:Al enterarse Jesus de que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm junto al mar, en el término de Zabulón y Neftalí; para que se cumpliera el oráculo del profeta Isaías:¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles!. El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido. Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.» Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su fama llegó a toda Siria; y le trajeron todos los que se encontraban mal con enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los curó. Y le siguió una gran muchedumbre de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán.
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MI COMENTARIO
Jesús comienza su ministerio de predicación y curación en Galilea.
1. ¿Qué predica y enseña? “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Y después predicada la Buena Nueva del Reino, que consiste en esto: “Dios los ama y los quiere felices. Pero para ello hay que cumplir con todo, y llevar una vida recta y ordenada”.
2. ¿Qué cura? Cuerpos y almas. Al hombre integral. Pero pide al enfermo una fe profunda, una confianza firme y una humildad sincera.
3. Esta misión de predicar, enseñar y curar también nos la ha confiado Dios desde el día de nuestro bautismo. Cada uno desde su vocación y deber de estado: al laico, en su casa y en las comunidades. Al religioso y religiosa, con su testimonio de vida consagrada y realizando su carisma: a enfermos en hospitales, a ancianos en los asilos, escuelas en la educación, jóvenes, orfanatos, en tierras de misiones. Pero lo que tenemos que predicar es esto: CRISTO HA VENIDO A SALVARNOS Y NOS HA DEJADO EL MANDAMIENTO DEL AMOR. Es decir, debemos predicar el evangelio de Jesús. El Evangelio cambia el corazón, cambia la vida, transforma las inclinaciones al mal en propósitos de bien. ¡El Evangelio es capaz de cambiar a las personas! Por tanto, es deber de los cristianos difundir por doquier su fuerza redentora, llegando a ser misioneros y heraldos de la Palabra de Dios.
4. En palabras del papa Francisco: “Cristo es la Buena Nueva, que nos transforma sólo cuando nos dejamos transformar por ella. Por eso os pido siempre que tengan un contacto cotidiano con el Evangelio, que lean cada día un fragmento, un pasaje, que lo mediten y también que lo lleven con ustedes a todas partes: en el bolsillo, en el bolso… Es decir, que se alimenten cada día de esta fuente inagotable de salvación. ¡No se les olvide! Leer un pasaje del Evangelio cada día. Es la fuerza que nos cambia, que nos transforma: cambia la vida, cambia el corazón» (Ángelus de S.S. Francisco, 1 de febrero de 2015).
Vayamos ya terminando este período de Navidad con gran alegría y con el propósito de llevar esta Buena Nueva del Evangelio por todas partes, sin miedo, con valentía y convicción. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.