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Evangelio 30 Enero|Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día

30 de enero

RESUMEN EVANGELIO JUEVES 30 ENERO, MARCOS 4, 21-25:
En aquel tiempo, Jesús decía a la gente: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga».

Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará».
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MI COMENTARIO

Dos imágenes para extender el Reino que Cristo ha venido a instaurar a este mundo: el candil y la medida. Me fijaré sólo en la imagen de la luz.

1. El candil está pensado para que ilumine, no para que quede escondido. Es Él, Cristo Jesús y su Reino. No podemos esconderlo ni avergonzarnos de predicar a Cristo, la verdad total e íntegra de la Iglesia. Nunca esto más actual que hoy, con todo los vientos ideológicos que nos azotan: que si fuera el celibato de los sacerdotes, que si el sacerdocio para hombres casados, que si mujeres diaconisas y después sacerdotisas, que si un nuevo rito ancestral para las misas que comulgue con esas tradiciones paganas y politeístas, que si el matrimonio del mismo género, que si el aborto es un derecho para la mujer….¡y para qué seguir!
2. Es el momento de enarbolar la bandera de Cristo, es el momento de hacer brillar el faro de la Luz de Cristo y del evangelio y de la doctrina dos veces milenaria de la Iglesia. Y esto con valentía, sin miedo, sin vergüenza. ¿Que somos criticados, amenazados, azotados? Y, ¡qué! Ahí tenemos al valiente cardenal Sara, sí el negrito de Guinea, FIDELÍSIMO A DIOS Y A LA IGLESIA, y al papa emérito Benedicto XVI. ¿Y dónde están los demás? ¿No estarán escondiendo debajo de la cama de su vergüenza el candil de Cristo?
3. Es hora de preguntarnos: ¿somos signos luminosos de Cristo, del evangelio y de la doctrina auténtica de la Iglesia? ¿o somos opacos, “malos conductores” de la luz de Cristo? ¿Echamos chispas y quemamos la fe de nuestros hermanos que viven a nuestro alrededor? ¡Cuánta oscuridad, Dios mío, en tantas partes del mundo! Narcotráfico, corrupción en tantas sedes presidenciales, blasfemias, abusos sexuales y herejías y confusiones, también dentro de la Iglesia, desgraciadamente, matrimonios deshechos, jóvenes a la deriva y en la oscuridad. ¿Para qué seguir? Cobardías, eclipse, cuarto menguante. ¿Y la luna nueva? ¿Y la luna llena? ¿No se querrá meter el demonio en todo esto, él que es la oscuridad total?

Este domingo, día 2 de febrero, día de la Presentación del Señor en el templo, celebramos la fiesta de la luz. Pero ¿quién es la luz verdadera? No hay otra: CRISTO JESÚS. Y nosotros, sus seguidores, somos portadores de esa luz. Y la Iglesia, ¿no es LUMEN GENTIUM, la luz de las gentes? ¡Para pensar amigos! Les mando a cada uno la bendición de Dios, y hoy les he compartido la luz de Cristo que arde en mi corazón, iluminándoles su conciencia y calentándoles su corazón. Recen por mí, P. Antonio Rivero, L.C.