MIÉRCOLES 3 DE FEBRERO
RESUMEN DEL EVANGELIO, MIÉRCOLES 3 DE FEBRERO
SAN BLAS, SANTO SANADOR DE GARGANTAS, MÁRTIR DEL SIGLO IV
Marcos 6, 1-6: En aquel tiempo, Jesús salió de allí y vino a su patria, y sus discípulos le siguieron. Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga. La multitud, al oírle, quedaba maravillada, y decía: «¿De dónde le viene esto?, y ¿qué sabiduría es ésta que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?». Y se escandalizaban a causa de Él. Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en su casa carece de prestigio». Y no podía hacer allí ningún milagro, a excepción de unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos. Y se maravilló de su falta de fe. Y recorría los pueblos del contorno enseñando.
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MI COMENTARIO
¿Cómo está nuestra fe en Cristo Jesús?
1. Jesús se extraña de la falta de fe de los de su pueblo y parientes. Duro golpe para Jesús. En vez de estar felices por cuanto hace y dice, y abiertos en su fe, esos hombres estaban cerrados y no querían creer. Mi pregunta es ésta: ¿por qué les falta fe, si están viendo signos portentosos y oyen palabras que tanto consuelan el alma? Humanamente no entiendo. Yo estaría feliz ahí con Jesús, Maestro y Profeta.
2. Una de las causas de la falta de fe de esa gente es clara: falta de humildad. Esa gente estaba anclada en la ley antigua y no querían aceptar la novedad traída por este “hijo del carpintero”. Mente cerrada, obtusa. No querían que nadie les moviese su tapete de comodidad, autosuficiencia y seguridad. Querían ahogar la voz de ese profeta molesto. ¿No pasa hoy también algo parecido? ¡Cuántos hombres y mujeres sencillos, transparentes, humildes nos dan ejemplo y pronuncian palabras que nos pueden chocar! No sólo eclesiásticos, sino también laicos, frailes, personas sencillas, pastorcitos que traen un mensaje del cielo…y muchos no quieren aceptar. ¿Por qué?
3. Amigos, para escuchar los mensajes de Dios y poder comprenderlos es necesaria la transparencia de un corazón humilde y abierto. Cuando la psicología está llena de prejuicios y no se quiere saber la verdad, porque hay muchos intereses por medio, entonces, como indica Jesús, “ni a un muerto que resucite le harán caso” (Lc 16, 31). Por el contrario, “los sinceros de corazón verán a Dios” (Mt 5, 8), “bendito seas, Padre, porque has revelado estas cosas a la gente sencilla” (Mt 11, 25). Quien tiene abierto el dial o emisora del espíritu a la verdad, escucha a Dios en las voces más diversas. La apertura a la verdad es la fuente de una vida psicológicamente sana y en paz. Jesús nos invita por sus mensajeros a cambios importantes en la vida, a un cambio de perspectiva en el sentido de la vida, en las relaciones humanas, en las claves de la vivencia cristiana… ¡Lo que se perdieron los convecinos de Nazaret por sus prejuicios! Y, ¿tú? “No cierres la puerta al error, no sea que dejes fuera la verdad”, diría el poeta hindú Tagore.
Reflexionemos cómo está nuestra fe. Veamos si la humildad es la virtud con la que caminamos en nuestra vida cristiana. Esa fe nos hace descubrir la voz de Dios en los mensajes del Papa, que en tantas partes es criticado, en ese obispo fiel a la doctrina de la Iglesia que es silenciado y atascado, en ese fundador laico que nos dice cosas inspiradas por Dios y al que algunos, por soberbia, no creen y no hacen caso, porque se creen que nadie les tiene que enseñar nada. ¡Cuidado! El evangelio de hoy es bien actual. ¡De cuántos laicos aprendí tantas cosas, especialmente en Buenos Aires! Dios me hablaba a través de ellos. Me costó al inicio, pero después fui abriéndome. Pido a san Blas que nos cure la garganta para que sepamos predicar la Palabra de Dios sin miedo, sin remiendos ni cortes, aunque seamos criticados como Jesús. Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.
