VIERNES 29 DE MAYO
RESUMEN DEL EVANGELIO DEL VIERNES 29 DE MAYO, SANTA MARÍA MAGDALENA DE PAZZI, SANTA CARMELITA DE ITALIA EN EL SIGLO XVI.
EVANGELIO JUAN 21, 15-19: “Simón, ¿me amas….me amas más que estos?”: Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos y comiendo con ellos, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?». Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas».
Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas a donde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras». Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».
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MI COMENTARIO
1. Dos datos de este gran santa: mujer valiente que supo escribir cartas al papa, a los cardenales, a los obispos y a los jefes de gobierno de ese tiempo, señalando las causas de los males que afligían a la Iglesia, y que ella atribuía a las deficiencias espirituales de los cristianos y de sus pastores. ¿Verdad que hoy también la Iglesia necesita una nueva María Magdalena de Pazzi? Porque siempre los males nos vienen a la Iglesia y al mundo, por falta de santidad de los pastores y gobernantes. ¡Mensaje bien concreto y actual! María Magdalena de Pazzi acompañó sus reclamos con una vida de oración, de visiones, de éxtasis y arrobamientos…donde Dios le daba las respuestas que tenía que decir en sus cartas.
2. ¿Por qué se pueden dar estas deficiencias en la Iglesia? Tenemos la respuesta en el evangelio de hoy: porque nos falta amor a Cristo. Un amor real, auténtico, sincero, operante, fiel…al que hoy Jesús le llama a Pedro y a cada uno de nosotros. Cuando hay amor a Cristo, hay vida de oración, vida de caridad, vida de fidelidad. Sin amor, es fácil caer en el pecado, permanecer en el pecado, no querer salir del pecado. El amor soporta todo, se entrega a todos con bondad y comprensión, perdona todo y a todos. El amor pide a Dios sufrir por amor a la Iglesia. Por eso el lema de esta santa carmelita fue: “Padecer, no morir”. Y así le fue en su vida: los mil sufrimientos que Dios le mandó la acrisolaron en el amor a Dios y la Iglesia, y consiguió más frutos que todos los doctores y sabios de su tiempo.
Examinémonos hoy sobre nuestro amor. ¿Vivo en clave de amor toda mi jornada o en clave de egoísmo, pensando solo en mí mismo? ¿Vivo fielmente mis compromisos matrimoniales, sacerdotales y religiosos en clave de amor? ¿Mi relación con Dios parte de mi amor o paso el día sin pensar, sin agradecer y sin ofrecer a Dios todo lo que me cuesta…y ahora esta pandemia, que nos está probando hasta qué punto? ¿Mi relación con los demás está permeada de amor, o me dejo llevar de la impaciencia, de la crítica, de la indiferencia, de la envidia, de los odios? Pidamos a esta monja carmelita, santa María Magdalena de Pazzi que interceda por la Iglesia, por el mundo, por el Papa, por los obispos, los gobernantes y por todas las familias. Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios. P. Antonio Rivero, L.C.