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Evangelio 28 Mayo |Que todos sean uno

Jueves 28 de mayo

RESUMEN DEL EVANGELIO DEL JUEVES 28 DE MAYO, MEMORIA DE SAN BEDA EL VENERABLE, DOCTOR DE LA IGLESIA, SIGLO VIII EN INGLATERRA.

Las tres grandes satisfacciones de san Beda en su vida fueron: aprender, enseñar y escribir. A él me encomiendo, pues también a mí me fascina eso. Pidió al Señor lo siguiente: “Te pido, Jesús mío, que me concedas saborear con delicia las palabras de tu sabiduría, concederme por tu misericordia llegar un día a ti, fuente de sabiduría, y contemplar tu rostro”. Pidamos también eso nosotros. Murió a los 63 años, mi edad, víspera de la Ascensión.

Evangelio Juan 17, 20-26: En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

»Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».
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MI COMENTARIO

Del evangelio el deseo de Cristo: “Que todos sean uno”. ¿Cómo vivimos hoy la unidad entre nosotros?

1. Si echamos una mirada a nuestro mundo, no podemos decir que se viva la unidad entre las naciones, entre los pueblos, entre las familias. Basta ver.
2. Si echamos otra mirada a nuestra Iglesia, lo mismo: estamos divididos entre las religiones, entre los cristianos, católicos, protestantes, anglicanos, presbiteranos, musulmanes, judíos, budistas…y las mil sectas o comunidades. ¿Qué pasó? ¿Quién tiene la razón? Los papas del siglo XX y XXI han estado incentivando la unidad. En la unidad ha trabajado mucho la Iglesia católica, para cumplir este deseo de Cristo en la Última Cena. A esto lo llamamos ecumenismo y diálogo interreligioso. Tenemos que rezar con más fe e insistencia. Les recomiendo la encíclica del papa san Juan Pablo II “Ut unum sint” (“Que sean uno”).
3. Les invito en este jueves a revisar este punto para que vivamos unidos en nuestro ambiente familiar, diocesano, parroquial, entre los movimientos y grupos de la Iglesia. Sólo así reinará la paz y brillará la presencia del Espíritu Santo. Cada uno de nosotros tiene que poner su parte: comprensión, escucha, bondad, diálogo sincero y respetuoso. ¡Fuera las riñas, las peleas, las envidias, las indiferencias, los odios, las críticas que tanto dividen! Y los que somos católicos, vivir la Eucaristía como el sacramento del amor y de la unidad.

Pidamos a María, la madre de la unidad, esta gracia: vivir la unidad, a ejemplo de la Santísima Trinidad. Que Ella nos estreche en torno a su corazón y nos anime. Mando un saludo especial en este jueves sacerdotal a todos los sacerdotes, para que seamos promotores de unidad en nuestras diócesis, parroquias y comunidades. Y a cada uno de ustedes les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.