Evangelio 27 Enero |Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir

Evangelio según San Marcos 3,22-30.

Los escribas que habían venido de Jerusalén decían: «Está poseído por Belzebul y expulsa a los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios».
Jesús los llamó y por medio de comparaciones les explicó: «¿Cómo Satanás va a expulsar a Satanás?
Un reino donde hay luchas internas no puede subsistir.
Y una familia dividida tampoco puede subsistir.
Por lo tanto, si Satanás se dividió, levantándose contra sí mismo, ya no puede subsistir, sino que ha llegado a su fin.
Pero nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Les aseguro que todo será perdonado a los hombres: todos los pecados y cualquier blasfemia que profieran.
Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón jamás: es culpable de pecado para siempre».
Jesús dijo esto porque ellos decían: «Está poseído por un espíritu impuro».

RESUMEN EVANGELIO LUNES 27 DE ENERO, MARCOS 3, 22-30

Lucha entre el espíritu del mal y del bien.

1. La victoria de Jesús, arrojando al demonio de los posesos, debe ser interpretada como la señal de que ha llegado el que va a triunfar del mal, el Mesías, el que es más fuerte que el malo. Pero sus enemigos, los escribas, los sabihondos no están dispuestos a reconocerlo. Por eso merecen el durísimo ataque de Jesús: lo que hacen es una blasfemia contra el Espíritu. No se les puede perdonar. Pecar contra el Espíritu Santo significa negar lo que es evidente, negar la luz, taparse los ojos para no ver. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Por eso, mientras les dure esta actitud obstinada y esta ceguera voluntaria, ellos mismos se excluyen del perdón y del Reino.
2. Miremos ahora nuestra alma: nosotros no somos ciertamente de los que niegan a Jesús, o le tildan de loco o de fanático o de aliado del demonio. Al contrario, no sólo creemos en Él, sino que le seguimos y vamos celebrando sus sacramentos y meditando su Palabra iluminadora. Nosotros sí sabemos que ha llegado el Reino y que Jesús es el más fuerte y nos ayuda en nuestra lucha contra el mal.
3. Pero tal vez nos falte más compromiso en nuestra lucha contra el mal, en nosotros mismos y a nuestro alrededor, por miedo, pereza y por no tener líos. Ojalá este evangelio nos llene de fuerza para luchar contra las cosas malas que nos acechan o que hay en nuestro interior: soberbias, envidias, críticas, faltas de fe y de compromiso cristiano, mediocridad en mi oración, pequeñas concesiones a la gula o la sensualidad, pereza. Dejemos que Cristo venza en nosotros y a nuestro alrededor.

Aprendamos de Adán y Eva: no juguemos con Satanás, porque él tiene más fuerza que nosotros. Pero con Cristo y con la ayuda de la Virgen, triunfadora del demonio, venceremos. ¡Feliz semana! Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.

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