JUEVES 26 DE NOVIEMBRE
RESUMEN DEL EVANGELIO, JUEVES 26 DE NOVIEMBRE
Lucas 21, 20-28: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.
»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».
_______________________________
MI COMENTARIO
La vida es seria
1. Es la tercera vez que Jesús anuncia, con pena, la destrucción de Jerusalén. También aquí Lucas mezcla dos planos: éste de la caída de Jerusalén -que probablemente ya había sucedido cuando él escribe- y la del final del mundo, la segunda venida de Cristo, precedida de signos en el sol y las estrellas y el estruendo del mar y el miedo y la ansiedad “ante lo que se le viene encima al mundo”.
2. Pero la perspectiva es optimista: “entonces verán al Hijo del Hombre venir con gran poder y gloria”. El anuncio no quiere entristecer, sino animar: “cuando suceda todo esto, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
3. ¿Qué aprender de todo esto? Estas imágenes nos están diciendo sobre la seriedad de los tiempos futuros. Pero somos invitados a tener confianza en la victoria de Cristo Jesús. Viene a salvar. Nuestra muerte no es el final, sino el comienzo de una nueva manera de existir, mucho más plena. Nuestra espera es dinámica, activa, comprometida, amando a Dios sobre todas las cosas, cumpliendo fielmente nuestros deberes de estado y amando a nuestro hermano, especialmente al más necesitado.
Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.
Y les pido una oración por el fruto de unos ejercicios espirituales que daré en Costa Rica a monjas carmelitas descalzas. Salgo esta noche. Gracias.