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Evangélio 25 Abril |Id por todo el mundo y proclamad la buena nueva a toda la creación

RESUMEN DEL EVANGELIO, 25 DE abril de 2022
San Marcos evangelista

Marcos 16, 15-20: En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.
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MI COMENTARIO

1. Marcos era una especie de “notario” que acompañó a Pedro en los últimos años de su ministerio, probablemente en Roma, en la década de los 50, cosa que sabemos porque Papías, obispo de Hierápolis, lo presenta como el «intérprete de Pedro», dando a entender que el Evangelio según san Marcos contiene la genuina predicación del que fuera cabeza visible del primer colegio apostólico. Él confirma que lo que Jesús había anunciado que sucedería, de hecho, sucedió tal y como se había predicho. Jesucristo, resucitado y vivo, era el que actuaba en las palabras y los gestos de los apóstoles, confiriéndoles su misma eficacia.

2. De hecho, el mandato está claro: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado”. Por tanto, no es algo negociable, es un imperativo muy directo y claro: nuestra vocación es eminentemente misionera, desde el día del bautismo. Y para eso lo único realmente necesario es tener la experiencia personal de haber sido salvados y posteriormente elegidos como instrumentos de esa misma salvación.

3. El Espíritu Santo, auténtico protagonista de la vida de la iglesia naciente, es el que confiere a los apóstoles la capacidad para echar demonios, hablar lenguas nuevas, coger serpientes en sus manos y, beber su veneno mortal, sin que les haga daño. La capacidad de imponer las manos a los enfermos y que queden sanos.

Contemplemos hoy a Jesús, en su ascensión al cielo, sin añadir nada a la sobriedad del relato: fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Pero antes de esta auténtica celebración de su coronación y entronización, contemplemos también este envío como algo que recae ahora en nosotros, algo de lo que no tenemos escapatoria y que merece la pena vivir… en la salud y en la enfermedad… proclamad el Evangelio a todas las personas que salgan a vuestro encuentro y que, probablemente el único evangelio que puedan leer sea nuestra vida: el evangelio según “san tú”. Que san Marcos, cuya fiesta hoy celebramos, interceda por nosotros para que seamos evangelizadores todos los días: en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestras comunidades. Que nadie muera sin conocer a Jesús.

Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, LC