Evangelio 23 Junio |Entrad por la puerta estrecha

MARTES 23 DE JUNIO

RESUMEN EVANGELIO MARTES 23 DE JUNIO, MATEO 7, 6.12-14: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran».
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MI COMENTARIO

Tres consejos nos da Cristo hoy. Expliquemos brevemente

1. No dar lo santo a los perros: significa no dar lo más noble que tenemos, que es nuestra alma, con sus regalos, las virtudes…a los perros, es decir, a nuestras pasiones bajas, innobles: lujuria, soberbia, gula, odio, egoísmo, venganza, etc.
2. Tratar a los demás como queremos que nos traten: se la llama la regla de oro, que compendia toda la ley y los profetas. Queremos que nos traten con respeto, justicia, equidad. Entonces, hagamos lo mismo. No queremos que nos critiquen, tampoco nosotros. Y así sucesivamente.
3. Entrar por la puerta estrecha: la puerta ancha es la puerta del facilismo, de los placeres sensuales, de las vacaciones eternas, del “viva la Pepa”, de la mentira, de la corrupción, de la explotación de la mujer. La puerta estrecha, por el contrario, es la puerta que nos dejó Cristo: el sacrificio, la cruz, el desprendimiento, el perdón, la humildad, la verdad, la caridad, la entrega a los demás.

Aprendamos y tratemos de vivir estos tres consejos que Cristo nos da, si es que queremos ser sus auténticos seguidores. Nos cuestan, sí, pero contamos con la gracia de Dios que debemos pedir en la oración, el alimento de la Eucaristía, el perdón en la confesión, y el abrazo de la Virgen María. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, LC