18 de junio
RESUMEN DEL EVANGELIO, JUEVES 18 DE JUNIO, MATEO 6, 7-15: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
»Vosotros, pues, orad así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal’. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».
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MI COMENTARIO
¿Qué hay detrás del padrenuestro que rezamos muchas veces al día? Es la oración más completa enseñada por Cristo a todos nosotros. Veamos cuál es su contenido.
1. Que tenemos un Padre Dios y que nosotros somos sus hijos. Y es un Dios Padre lleno de misericordia, que nos ha creado y dado la vida natural y sobrenatural. ¡Fuera orfandad, tristeza! Y a este Dios le debemos gratitud, amor, respeto a su santo Nombre, obediencia a su santa Voluntad.
2. Que entre nosotros somos hermanos. ¡Fuera egoísmo, peleas, envidias, odios! Y a nuestros hermanos les debemos apoyo, ayuda, comprensión, paciencia, respeto.
3. Que Dios tiene un Reino divino, al que nos ha llamado a todos, y donde Él vive con todos sus ángeles y amigos. Un Reino de amor, de paz, de justicia…que debemos instaurar allá donde estemos y vayamos. Así se acabarán las injusticias, las guerras, los asesinatos, los robos. ¡Venga tu Reino, Señor! Primero a mi corazón, a mi familia, a mi comunidad, a mi parroquia, a mi diócesis.
4. Que nos dará, si se lo pedimos con fe y confianza el pan que necesitamos para hoy. El pan natural para alimentar nuestro cuerpo. Y el pan sobrenatural que se nos ofrece en la Eucaristía para alimentar nuestra alma. ¡Qué alegría y qué vida!
5. Que Dios nos ofrece su perdón cuando le hayamos ofendido a Él y a nuestros hermanos, ofrecido en el sacramento de la confesión. Nos ofrecerá su perdón, si también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. ¡Qué desafío!
6. Que el enemigo de nuestra alma, el diablo, nos tentará todos los días, en los puntos flacos que tenemos (soberbia, sensualidad, ira, mentira, egoísmo….). Pero Dios nos concederá la gracia de vencer todas las tentaciones, si a Él acudimos en la oración y nos ponemos bajo el manto de la Virgencita. Dios nos librará del mal de los males, el infierno. ¡Con qué seguridad y paz debemos vivir nuestra vida cristiana!
Si todo esto se esconde detrás del padrenuestro que Cristo nos ha enseñado con tanto cariño, ¿cómo no rezarlo al levantarnos, al acostarnos, al salir de casa, al comenzar el trabajo, al salir del trabajo, cuando tengamos éxito o fracaso, salud o enfermedad, pobreza o riqueza. Santa Teresita del Niño Jesús rezaba el padrenuestro muchas veces y en él encontraba todo el sosiego y la alegría interior que necesitaba en medio de sus sufrimientos y cansancios. Hoy estrenemos el padrenuestro, sea con nuestra familia o amigos. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.