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Evangelio 18 Agosto | Toma lo que es tuyo y vete

MIÉRCOLES, 18 DE AGOSTO

Mateo, 20, 1-16: En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ‘¿Por qué estáis aquí todo el día parados?’. Dícenle: ‘Es que nadie nos ha contratado’. Díceles: ‘Id también vosotros a la viña’.

»Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros’. Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor’. Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?’. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».
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MI COMENTARIO

Lógica divina y lógica humana.

1. La lógica humana: a más horas de trabajo, mayor salario. Así pensaban los de primera hora del día. Su razonamiento resalta la lógica humana. Pero al estar relacionada la enseñanza con el Reino de los Cielos, la lógica se asienta sobre la justicia. El trato es un denario por jornada, que es una buena paga. Si recibes lo convenido no hay agravio. La manera de proceder del propietario resalta la bondad, que mira más allá, atendiendo a las necesidades básicas. El salario era un denario por jornada. Cumplida la jornada se les da lo convenido. No debe haber quejas. Pero las hay. Los del comienzo del día hacen sus cálculos: nos tocará más pues hemos sufrido el peso del día y el bochorno. Al recibir un denario, su frustración lleva al reclamo. La respuesta del propietario les recuerda lo convenido: un denario por jornada. Ha cumplido con lo pactado. La queja es desmontada apelando a la bondad y al dominio sobre los bienes propios: ¿es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?
2. Este modo de proceder es el que se propone a todos: actuar desde la bondad, que no desconoce la justicia, pero que va más allá, al dar lo necesario a cada uno, partiendo de lo ajustado. En una civilización excluyente, con un sistema salarial inadecuado, parece impensable que los últimos sean primeros. Pero en el plan de Dios esta inversión de lugar está centrada en la bondad misma de Dios, que sobrepasa todo lo imaginable y siempre sorprende. ¿Cómo es nuestra manera de proceder con los otros? ¿Qué lógica domina en nuestros actos y programas?
Dios les bendiga a cada uno de ustedes, P. Antonio Rivero, L.C.