Share

Evangelio 15 Marzo|Encuentro de Jesús con la samaritana

Domingo 15 de marzo

RESUMEN EVANGELIO DOMINGO 15 DE MARZO, JUAN 4, 5-42: encuentro de Jesús con la samaritana

¿De qué tengo sed, de quién tengo sed?

1. Hoy tanto la primera lectura de la misa como el evangelio se nos habla de agua. Ya sabemos que el agua es esencial para la salud. Incluso una de las medidas para curar el coronavirus es bebiendo mucha agua para la tos que este virus provoca. El mismo hombre tiene un 60 por ciento de agua.
2. Lo importante hoy para reflexionar es esto: todos tenemos sed. Unos tienen sed de poder, de placer y satisfacciones sensibles, de fama. Pero hay también muchos que tienen sed de Dios, de valores, de felicidad, de amor. La mujer samaritana del evangelio de hoy tenía sed de amor. Pero no se había encontrado nunca con el Amor con mayúscula, por eso lo buscó en hombres. Había estado con cinco hombres, y no estaba satisfecha. Vivía con el sexto. Pero tuvo la gracia de encontrarse con Cristo, cuando fue a buscar agua al pozo de Sicar. ¿Qué no había pozos donde ella vivía? ¡Claro que había! Pero no quiso acercarse porque corría el riesgo de ser apedreada, pues todos la conocían como una prostituta. Y allí encontró a Jesús, se fue poco a poco abriendo a Cristo, el Agua Viva que sacia completamente el corazón de todos los hombres, sin necesidad de ir a beber en las cisternas rotas y sucias de este mundo. Y está mujer hizo todo un proceso de conversión, movido por la gracia que tenía a un metro, Jesús.
a) Primero lo vio como un judío.
b) Luego como Señor.
c) Después como Profeta.
d) Y por último como Mesías y Cristo.
¡Bendita mujer que se encontró con Cristo y cambió de vida, dejó el cántaro vacío y Jesús se lo llenó de auténtica felicidad y amor, y fue corriendo a dar testimonio de su encuentro privilegiado a su pueblo! Y gracias a ella, muchos se abrieron a Jesús y también se convirtieron.
3. Preguntémonos: ¿de qué tengo yo sed hoy? Yo les exhorto a que hoy se acerquen a la fuente de agua viva, Jesús en el Sagrario, y ahí le pidamos a Jesús que nos sacie nuestra profunda sed de amor, de felicidad, de fe, de esperanza, de sentido en la vida, de alegría.
a) Hombres y mujeres, traigan al Sagrario sus cántaros, tal vez rotos o medio vacíos, y Cristo los llenará.
b) Jóvenes, acérquense al Sagrario y díganle: “Señor, dame de beber”, y así tendrán fuerza para vencer a este mundo que les invita a francachelas y placeres sin freno. Una comunión bien hecha te dará ánimo y fuerza para reemprender la vida con ilusión y limpieza.
c) Ancianos y niños, vengan y beban de la fuente del Sagrario y de la Eucaristía. En Él encontraremos el consuelo y la paz.

Y ante tanto pavor por el coronavirus, ¿qué hacer? ¡Que no nos cierren las iglesias, pues ahí está el Agua viva que convertirá nuestro pánico en esperanza, paz y serenidad, porque Él lleva las riendas de nuestra vida! ¡Feliz domingo a todos! Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.