Share

Evangelio 14 Abril |Mujer porque lloras ¿A quien buscas?

Evangelio según San Juan 20,11-18.

María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro
y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo».
Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!».
Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'».
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

RESUMEN EVANGELIO, MARTES 14 DE ABRIL, JUAN 20, 11-18

¿Qué provocó en María Magdalena el encuentro con Cristo resucitado?

1. María Magdalena después de que dejó su vida de pecado y fue perdonada por Jesús, era una mujer nueva. Con otras santas mujeres seguía a Jesús y lo servía. Tenía un gran amor a Cristo y ya no quería perderlo con el pecado. Pero, ¿qué pasó? Al morir Jesús, a María Magdalena se le vino todo abajo, porque Jesús era todo para ella. Por eso, estaba triste, llorosa y no sabía qué hacer. De nuevo Jesús le sale al paso y le resucita la alegría y la convierte en la primera mujer testigo y proclamadora de esta buena noticia: JESÚS VIVE Y HA RESUCITADO. ¡Felicidades, mujeres que me escuchan! Cristo tuvo con María Magdalena y con ustedes un gran detalle, como premio a su sensibilidad y amor a Él: se aparece primero a las mujeres. ¿Dónde estábamos los hombres? Miedosos y tristes encerrados en el cenáculo.
2. ¿Qué mensaje sacamos de este evangelio hoy? Hoy también Jesús se acerca a cada uno de nosotros, a nuestras familias, a los hospitales, a los médicos y gobernantes y nos pregunta: “¿Por qué estamos llorando?”. Humanamente tenemos motivos para estar tristes. No lo voy a negar. Este coronavirus nos está haciendo llorar mucho y por eso estamos tristes. Pero una vez más nos dice Cristo: “Yo he vencido a la muerte y quien cree en Mí, vencerá esos miedos y tristeza”. Dejemos que Cristo se acerque a nosotros y nos consuele, como hizo con María Magdalena. Y después nos encargará ser misioneros, es decir, proclamadores de esta buena nueva a nuestro alrededor, como lo están haciendo tantas personas durante estos días con mensajes esperanzadores, con notas limpias y de humor. No nos contagiemos el virus de la tristeza. Contagiémonos el virus de la esperanza y de la fe: “Esto pasará, y habremos aprendido muchas lecciones, como ya les dije varias veces”.

Estamos en las manos de Dios, que ha resucitado a su Hijo Jesús para darnos aliento y esperanza. Recemos hoy el rosario junto a la Virgen Santísima pidiendo mucho por quienes están infectados con el virus, por los doctores, por los enfermeros, por los sacerdotes que se están jugando su vida en los hospitales. Yo desde el confinamiento en Monterrey, junto a mi comunidad de los 9 formadores y los 32 seminaristas, rezo por ustedes y ofrezco mi misa, mi rosario y el rezo del breviario. Me han dicho que les mande a ustedes su saludo de Pascua. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.