Viernes 11 de diciembre
RESUMEN DEL EVANGELIO, VIERNES 11 DE DICIEMBRE
Mateo 11, 16-19: ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros:
‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’.
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras».
___________________________
MI COMENTARIO
Adviento, tiempo para decidirnos y madurar en nuestra vida humana, profesional y cristiana.
1. ¡Cuántas veces estamos reclamando por todo, como esos niños del evangelio de hoy! Nos parecemos a niños caprichosos, hombres y mujeres inmaduros que no tenemos convicciones fuertes y firmes. Nos quejamos porque no para esta pandemia, porque hace frío o calor, porque no se cumplen nuestras expectativas, porque cuando deberíamos reír lloramos, y cuando deberíamos llorar, reímos. Protestamos por el jefe del trabajo, por el cura párroco, por el responsable de grupo. ¿Hasta cuándo, Dios mío?
2. Adviento nos invita a hacer una parada en el camino para preguntarnos por los cimientos y fundamentos de nuestra vida, por las convicciones profundas. ¿Quién es Dios para nosotros? ¿Cuáles son los deberes que tenemos con Él? ¿Cómo reaccionamos ante lo que Él nos manda o permite: como críos y personas inmaduras y rezongonas, o como gente seria, agradecida, serena que ve todo desde la fe, que reacciona desde la confianza en Dios y actúa desde el amor a Dios y al prójimo?
3. La primera lectura del profeta Isaías y el salmo de hoy nos enumeran los frutos que experimentaremos si hacemos caso a Dios, si somos personas maduras y responsables: paz, justicia, amor, sinceridad. Estaremos cuajados de frutos a nivel personal, familiar, profesional, religioso. No seremos cristianos marchitos ni iremos por malos caminos.
Recemos hoy esta oración al papa san Dámaso, del siglo IV, cuya memoria celebramos:
ORACIÓN A SAN DÁMASO
San Dámaso bueno y distinguido,
esperamos confiadamente tu auxilio y protección,
para salir adelante en estos momentos difíciles,
atiende sin demora nuestro pedido
y ruega encarecidamente a Dios no deje de asistirnos,
pues sin Él, que es todo misericordia y bondad
y está atento a las desgracias e infortunios de sus hijos,
no es posible que salgamos de tanta pena.
San Dámaso bendito,
intercede con tu generosidad y pide auxilio
ante la Santísima Trinidad
para mitigar nuestras necesidades y carencias,
nuestras adversidades y problemas.
Por nuestro Señor Jesucristo,
que vive y reina con Dios Padre,
en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.