RESUMEN DEL EVANGELIO, JUEVES 28 DE ABRIL
Juan 3, 31-36: El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo
da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.
El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida.
El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos.
El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
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MI COMENTARIO
Busquemos las cosas de arriba, las del cielo, y no las de la tierra.
1. Hoy, el Evangelio nos invita a dejar de ser “terrenales”, a dejar de ser hombres que sólo hablan de cosas mundanas, para hablar y movernos como «el que viene de arriba» (Jn 3,31), que es Jesús. En este texto vemos —una vez más— que en la radicalidad evangélica no hay término medio. Es necesario que en todo momento y circunstancia nos esforcemos por tener el pensamiento de Dios, ambicionemos tener los mismos sentimientos de Cristo y aspiremos a mirar a los hombres y las circunstancias con la misma mirada del Verbo hecho hombre. Si actuamos como “el que viene de arriba” descubriremos el montón de cosas positivas que pasan continuamente a nuestro alrededor, porque el amor de Dios es acción continua a favor del hombre. Si venimos de lo alto amaremos a todo el mundo sin excepción, siendo nuestra vida una tarjeta de invitación para hacer lo mismo.
2. Cristo le invita al fariseo Nicodemo -y a nosotros- a ser hombre nuevo, a bautizarse en el Espíritu, a buscar las cosas de arriba. ¿Qué buscan tantos hombres hoy día? Ya lo sabemos. Una canción española lo resume así:
Tres cosas hay en la vida: Salud, dinero y amor.
El que tenga estas tres cosas, que le dé gracias a Dios
El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide.
La salud y la platita, que no la tire, que no la tire.
Hay que guardar, eso conviene.
Que aquel que guarda siempre tiene.
El que tenga un amor, que lo cuide, que lo cuide.
La salud y la platita, que no la tire, que no la tire.
3. Hoy Cristo nos invita a mirar para arriba, las cosas del cielo. Sí, tenemos que trabajar, pero para sacar adelante a nuestra familia y ganarnos el cielo. Sí, tenemos que estudiar, para sacar una carrera, ayudar a los hombres y así ganarnos el cielo. Este es el objetivo fundamental de nuestra vida. Para eso nos ha creado Dios. San Ignacio de Loyola le resume así en palabras sencillas: “El hombre es criado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios y, mediante eso, salvar su alma”. ¡Está bien claro! Miremos para arriba siempre. Sólo así daremos sentido transcendente a nuestra vida y a nuestro trabajo.
Les mando a cada uno la bendición de Dios. Saludo especialmente a los sacerdotes en este jueves sacerdotal, P. Antonio Rivero, L.C.