Lunes 20 de julio
RESUMEN DEL EVANGELIO DEL LUNES 20 DE JULIO
MATEO 12, 38-42: Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver un signo hecho por ti.» Mas él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Un signo pide, y no se le dará otro signo que el signo del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón.
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MI COMENTARIO
¿En qué se basa nuestra fe católica? ¿En milagros y cosas maravillosas? ¿En sanaciones vistosas y sonadas? ¿En que ya haga Dios desaparecer esta pandemia que nos trae locos?
¡No! ¿En qué basamos nuestra fe?
1. Estos fariseos del evangelio querían signos, señales, milagros para creer. Los pedían por curiosidad. Bastantes cosas habían visto y oído maravillosas de Jesús, ¿por qué no creyeron? Soberbia, racionalismo.
2. Nuestra fe católica no se basa en cosas ni en pruebas exactas ni en revelaciones ni milagros espectaculares. Cristo ya lo dijo: “Dichosos los que crean sin haber visto”.
3. Resumo aquí lo que es nuestra fe:
a) Un don que nos dio Dios el día del bautismo.
b) Fe que tengo que alimentar en la comunidad cristiana compartiendo los sacramentos.
c) Fe que tengo que seguir profundizando en retiros, charlas, buenos libros.
d) Fe que tenemos que cuidar para que nadie nos la contamine con otras ideologías y doctrinas confusas, como las que están pululando hoy día en este nuevo Orden Mundial.
e) Fe que tenemos que transmitir a nuestros hijos, a nuestros amigos, a los que andan dudando y están débiles.
f) Y esta fe tiene que estar bien enclavada en Cristo Jesús: Él es el gran signo que Dios nos dio para creer. ¿Por qué estamos pidiendo más signos? Un Cristo conocido en los evangelios. Un Cristo saboreado en la Eucaristía. Un Cristo experimentado como Médico en la confesión. Un Cristo transmitido con nuestra palabra y ejemplo.
¿Qué más signos queremos? ¡Sólo en Cristo está la salvación! Examinémonos hoy cómo está nuestra fe en Cristo: ¿fuerte, maciza, firme, entusiasta, esplendorosa…o débil, apagada, enclenque? Pidamos hoy a María, mujer de fe, interceda por todos nosotros, que somos sus hijos. Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios y les deseo una feliz semana resplandeciente de fe y amor a Dios y a sus hermanos, P. Antonio Rivero, L.C.
