Evangelio 20 Abril |Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios

Evangelio según San Juan 3,1-8.

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos.
Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él».
Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios. «
Nicodemo le preguntó: «¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?».
Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.
No te extrañes de que te haya dicho: ‘Ustedes tienen que renacer de lo alto’.
El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu».

RESUMEN DEL EVANGELIO 20 DE ABRIL, JUAN 3, 1-8

Gracias, Señor, por el don de mi bautismo, donde me comprometí a ser HOMBRES NUEVOS.

1. Jesús pide al fariseo Nicodemo que se abra a la novedad de la nueva vida que Él trae con el bautismo, que deje su hombre viejo y se abra al HOMBRE NUEVO, con el bautismo. A este hombre le cuesta entender, porque su fe en Cristo es todavía muy débil, racionalista, anclada en los mil preceptos de la ley de Moisés. Y Jesús con gran paciencia le va abriendo la cabeza y el corazón. Mientras Jesús habla con un lenguaje evocador y analógico sobre el alma, Nicodemo escucha con los oídos del ego, del poder racional que desea saber con claridad y controlar. Es precisamente este racionalismo temeroso el que Nicodemo debe abandonar en el doloroso proceso de renacimiento y reconfiguración del alma. ¿Lo habrá entendido, se habrá abierto a la gracia traída por Cristo en la Pascua?
2. ¿Hace cuánto recibiste el regalo del bautismo? Repasa en esta semana la mayor gracia de tu vida, el bautismo y agradécelo. Desde ese día:
a) Recibiste la gracia de ser hijo adoptivo de Dios. Hemos recibido la vida divina en nosotros. En nuestras venas corre la sangre divina. Y quedó sepultado el pecado original.
b) Hermano de Cristo Jesús, nuestro modelo y nuestro criterio a seguir en nuestra vida.
c) Templo del Espíritu Santo, que va esculpiendo en nosotros, si le dejamos, la imagen de Cristo, para que pensemos como Cristo, amemos como Cristo, decidamos como Cristo.
d) Miembro de esta Iglesia católica donde se te ofrece a manos llenos la salvación de Cristo en los sacramentos, que en este tiempo del coronavirus añoras con nostalgia. Y eres apóstol que vas por este mundo pregonando tu fe con valentía como los apóstoles. Lee los Hechos de los Apóstoles y verás.
e) Heredero del cielo.
3. El día de la vigilia pascual del sábado santo renovamos las promesas del bautismo y renunciamos a Satanás y a sus obras, es decir, al pecado. No volvamos a la esclavitud del pecado. Cristo en su Pascua nos ha regalado la auténtica libertad de los hijos de Dios. A todo esto, lo llamamos: SER HOMBRES NUEVOS, que tenemos el resplandor de Cristo Jesús, resumido en una vida piadosa, honesta, justa, pura y caritativa.

¡Ánimo, renueva en esta semana en tu casa la gracia del bautismo! Te mandaré las preguntas de las promesas bautismales que renovamos siempre el Sábado Santo. ¡Feliz semana! Te mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.

Highlights