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Evangelio 22 Mayo |Tendrán una alegría que nadie les podrá quitar

Viernes 22 de mayo

RESUMEN DEL EVANGELIO VIERNES 22 DE MAYO, MEMORIA DE SANTA RITA DE CASIA, RELIGIOSA AGUSTINA, SANTA DE LO IMPOSIBLE Y MEDIADORA DE LO IMPOSIBLE

JUAN 16, 20-23: En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada».
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MI COMENTARIO

¿Soy una persona triste o alegre? ¿En dónde pongo mi alegría? En solo tres versículos la palabra alegría y alegrarse sale cuatro veces. Y la palabra tristeza sale tres veces

1. Los apóstoles estaban experimentando uno de los sentimientos fuertes de la vida humana: la tristeza. Tristeza porque Cristo los dejaba y volvía a su Padre Celestial. Era una tristeza natural, porque ya les dejaba su Amigo y Señor Jesús. Y estar sin Jesús es una tristeza terrible. Y Jesús los anima, diciéndoles que les enviará el Espíritu Santo, el Gran Consolador. La alegría es un fruto de la Pascua.
2. Muchos ponen su alegría en cosas pasajeras de aquí abajo: dinero, placeres, vacaciones, comida. Pero son cosas que no dan la auténtica alegría del corazón. Preguntemos a san Agustín de Hipona o a la Magdalena.
3. Ahora es el momento de preguntarme a mí mismo: ¿Soy una persona alegre o triste? ¿Irradio y contagio alegría o tristeza? ¿En qué o en quién he puesto mi alegría? La santa que hoy celebramos, Rita de Casia, debería ser la mujer más triste del mundo, por todo lo que Dios permitió en su vida: sus papás le obligaron a casarse, el esposo le salió violento, le mataron al esposo y los hijos quisieron vengar la muerte del papá, quiso entrar al convento y en un inicio no la permitieron, ya en el convento la superiora la trataba muy duramente, Dios permitió que espinas atravesaran su frente, y más reveses. Era para ser la mujer más triste y afligida. ¿Qué hizo? Se puso a los pies de la cruz de Cristo y ahí encontró la alegría interior en medio de sus cruces. La alegría de la que habla Jesús puede pasar a veces por el dolor y la renuncia, como pasó a Cristo y a tantos santos.

Toca la puerta de tu corazón y mira si está triste o alegre. Si quieres tener una alegría duradera y auténtica, entra en las llagas de Cristo Jesús Resucitado, y arrodíllate al lado del Sagrario. Ahí hallarás el consuelo profundo que te da Cristo Jesús. Y arrima a Cristo a tus que estén tristes. Es el mejor apostolado y obra de caridad que puedes hacer. Mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.