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Evangelio 2 Julio | Ánimo hijo tus pecados te son perdonados

Jueves 2 de julio

RESUMEN EVANGELIO JUEVES 2 DE JULIO

Mateo 9, 1-8: En aquel tiempo, subiendo a la barca, Jesús pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: «¡Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados». Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: «Éste está blasfemando». Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: ‘Tus pecados te son perdonados’, o decir: ‘Levántate y anda’? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados —dice entonces al paralítico—: ‘Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’». Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.
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MI COMENTARIO

¿Soy paralítico? ¿Qué es lo que nos quita la libertad de pensamientos, acciones, sentimientos? Aprendamos de este evangelio de hoy.

1. El paralítico es un símbolo de lo que muchas personas están sufriendo: están atadas a sus malos hábitos, sus vicios, sus caprichos…y están paralíticos, no son libres, no caminan por la vida con la frente alta y despejada, sino que son esclavos de sí mismo, ahí tirados. No gozan de la libertad de expresión y acción auténticas. ¿Causa de todo esto? ¡El pecado! Por eso, Jesús lo primero que cura y perdona a este buen hombre paralítico es su pecado. El pecado es siempre provocador de todos los males y enfermedades que sufrimos…sí, también, de esta pandemia, que nos mantiene a muchos paralíticos. Así de claro.
2. ¿Qué debemos hacer entonces? Ir a Jesús, o pedir que me lleven a Jesús en la camilla de la caridad, como hicieron con este buen hombre del evangelio. Sólo Jesús nos curará, no solo con sanación del cuerpo que tantos hoy buscan con obsesión desmedida, sino sobre todo la sanación del alma: de nuestros egoísmos, soberbias, avaricias, vanidad, apegos, lujurias, glotonería, perezas, infidelidades, orgullos, enojos, iras, desprecios. Estos pecados son los que nos hacen paralíticos y nos tiran en la cuneta de la vida sin perspectiva ni alegría.
3. Escuchemos hoy de Cristo: “Levántate, toma tu camilla y vete a casa”.
a) Sí, levántate, porque el pecado te postra en el suelo.
b) Toma tu camisa, es decir, tu vida ya sanada y curada íntegramente.
c) Vete a tu casa, para dar testimonio de lo que Cristo ha hecho contigo y así invitar a otros a ir a Jesús.

Quisiera, Señor, que este mes de julio sea un mes de sanación integral de cuerpo y alma. Dame aversión al pecado, única causa de mis parálisis interiores. A ti acudo hoy con confianza y pongo en mi vida en tus manos. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.