MIÉRCOLES, 19 DE AGOSTO.
RESUMEN DEL EVANGELIO, MIÉRCOLES 19 DE AGOSTO
San Juan Eudes (siglo XVII, Francia) que introdujo el culto del Sagrado Corazón y del santo corazón de María, de la Congregación del Oratorio.
Y de San Ezequiel Moreno y Díaz, Obispo de Pasto (Colombia, siglo XIX)), de la Orden de los Agustinos Recoletos, intercesor de los enfermos de cáncer.
Evangelio, Mateo 20, 1-16:En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ‘¿Por qué estáis aquí todo el día parados?’. Dícenle: ‘Es que nadie nos ha contratado’. Díceles: ‘Id también vosotros a la viña’.
»Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros’. Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor’. Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?’. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».
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MI COMENTARIO
Hay trabajo para todos en la viña del Señor. ¿Recompensa? ¡El denario del cielo!
1. En la viña del Señor, que es la Iglesia y el mundo, hay trabajo para todos: ¡cuánto podemos hacer por los ancianos, enfermos, jóvenes, niños! En el campo de la cultura, de la educación, de la escuela. En el campo de los medios de comunicación social para llevar el mensaje de Cristo y del evangelio. En los diversos movimientos eclesiales. En las parroquias.
2. Dios nos llama a cada uno a una hora distinta: a unos a temprana edad -fue mi caso, a los 11 años-, a otros al mediodía, o en la tarde o casi al caer el sol. El llamado de Dios requiere escucha, para no estar dormido en la pereza o en la comodidad.
3. Y el premio para todos es el mismo: la felicidad aquí y la vida eterna, allá. ¿Por qué protestaron en el evangelio de hoy los de la primera hora? Casi le gritan al propietario: “¡Eres injusto, pues nosotros hemos trabajado más horas!”. En la lógica humana, es verdad. Pero la lógica de Dios va más allá.
a) Primero, el propietario no faltó a la justicia, pues habían concertado con él a un denario, que es el salario de un día en ese tiempo.
b) Segundo, sí, fue generoso. La lógica de Dios es la misericordia. ¿Por qué tengo que reclamar a Dios porque le dio al buen ladrón al final de su vida la entrada al cielo! La misericordia supera la justicia, no la atropella. Así habló el papa san Juan Pablo II en su encíclica “Dives in misericordia”, rico en misericordia, hablando de Dios Padre.
Por tanto, amigo mío. Échale ganas al trabajo que el Señor te ha encomendado y hazlo con amor. Nunca te faltará el denario suficiente para salir adelante, incluso en esos momentos de pandemia. Pidamos la intercesión de estos dos buenos santos: san Juan Eudes y san Ezequiel, para que intercedan por nosotros y por el mundo ante Dios en estos momentos del Covid-19. Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.