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Evangelio 25 Noviembre|Se acerca vuestra liberación

RESUMEN DEL EVANGELIO, JUEVES 25 DE NOVIEMBRE

Lucas 21, 20-28: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces que se acerca su desolación. Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no entren en ella; porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está escrito.

»¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Habrá, en efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y cólera contra este pueblo; y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que se cumpla el tiempo de los gentiles. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación».
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MI COMENTARIO

1. Es la tercera vez que Jesús anuncia, con pena, la destrucción de Jerusalén. Lucas mezcla dos planos: éste de la caída de Jerusalén -que probablemente ya había sucedido cuando él escribe su evangelio- y la del final del mundo, la segunda venida de Cristo, precedida de signos en el sol y las estrellas y el estruendo del mar y el miedo y la ansiedad “ante lo que se le viene encima al mundo”. Pero la perspectiva es optimista: “entonces verán al Hijo del Hombre venir con gran poder y gloria”. Este anuncio no quiere entristecer, sino animar: “cuando suceda esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
2. Sé que los evangelios de estos días son difíciles y nos pueden dar un poco de miedo. Pero lo que Cristo nos quiere enseñar es lo siguiente: la seriedad de los tiempos futuros, la seriedad de la vida, no podemos dormirnos en los laureles y sólo mirar para abajo, para la tierra. Por tener una mirada chata y horizontal, a veces no pensamos en estas verdades eternas: voy a morir, seré juzgado, habrá un cielo y un infierno y un purgatorio, vendrá Jesús por última vez, que llamamos la Parusía. No sabemos cuándo, por eso tenemos que estar preparados, llevando una vida digna, recta, honesta, fiel a nuestros deberes y de acuerdo con los mandamientos de Dios.
3. También nosotros estamos invitados a tener confianza en la victoria de Cristo Jesús. Viene a salvar. Se acerca nuestra liberación. ¿A cuántas cosas estamos esclavizados? Se acabarán las enfermedades, las pruebas, las injusticias. Sea en el momento de nuestra muerte, que no es el final, sino comienzo de nueva manera de existir, mucho más plena. Sea en el momento final de la historia, venga cuando venga. Entonces la venida de Cristo no será en humildad y pobreza, como en Belén, sino en gloria y majestad.

Que nuestra espera de Cristo sea dinámica, activa, comprometida. Tenemos mucho que trabajar para bien de la humanidad, llevando a cabo la misión que inició Cristo y que luego nos encomendó a todos: construir la civilización del amor y de la justicia. Vivamos en la esperanza gozosa y comprometida. Este domingo comienza el adviento, tiempo fuerte de esperanza. Comencemos el adviento de manos de la Virgen María. Y hoy, jueves sacerdotal, recemos por todos los sacerdotes, para que nos preparen a vivir este adviento con este sentido de optimismo y esperanza. Les dejo una pregunta: ¿Qué hemos de hacer para mejorar nuestro entorno familiar, laboral, eclesial, vecinal? ¿Qué me sugiere el Espíritu, desde la Palabra de hoy? Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.