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Evangelio 21 Diciembre |Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno

LUNES 21 DE DICIEMBRE

RESUMEN DEL EVANGELIO, LUNES 21 DE DICIEMBRE
Lucas 1, 39-45: En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
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MI COMENTARIO

La caridad de María. Describamos las cualidades de la caridad de María, para después imitarla.

1. La caridad nos hace salir de nosotros mismos: ahí va María, sale de su casa confortable de Nazaret para ir a la casa de su prima Isabel. ¡Cuántas veces el papa Francisco nos lo repite: ¡salir! Podía haberse quedado tranquila en su casita, disfrutando de ese Hijo que llevaba en sus entrañas. Pero no, primero está mi hermano.
2. La caridad no es perezosa, sino que corre, tiene prisa en ayudar al otro. Ahí va María presurosa para ayudar a su prima Isabel que está embarazada de seis meses.
3. La caridad no mide los obstáculos. María sube a la montaña, donde se encontraba la casa de su prima. Y eso que María también estaba embarazada de Jesús.
4. La caridad lleva siempre buenas noticias, es positiva, hace saltar en el otro lo bueno que lleva en el corazón. María llevó a Isabel la alegría de su Hijo Jesús. E Isabel saltó de júbilo en su alma y ambos niños que estaban en el seno de esas madres, Jesús y Juan, también saltaron de alegría.

Revisemos hoy cómo está la vivencia de la caridad en nuestra vida de cada día. La caridad no es sólo dar unas moneditas al pobre y necesitado. Es mucho más. Es ayudar, comprender, ser sensible ante el dolor del otro y ver cómo echarle una mano. Pidamos esta gracia a la Santísima Virgen en este día. La caridad es la virtud principal del cristiano, no lo olvidemos. Que el consumismo de estos días de fiesta, hermanos y hermanas, no nos secuestre la Navidad ni nos cierre los ojos y el corazón para ayudar a nuestros hermanos. Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.