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Evangélio 21 Abril|Soy yo mismo

RESUMEN DEL EVANGELIO, JUEVES DE PASCUA, 21 DE ABRIL

Lucas 24, 35-48: En aquel tiempo, los discípulos contaron lo que había pasado en el camino y cómo habían conocido a Jesús en la fracción del pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando Él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón? Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies. Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?». Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y comió delante de ellos.

Después les dijo: «Éstas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: ‘Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí’». Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas».
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MI COMENTARIO

1. Hagamos un repaso de los frutos que Cristo quiere regalarnos en esta semana de Pascua:
a) Lunes: a las santas mujeres les llenó de seguridad y les quitó el miedo. ¿A qué tengo miedo? ¿A quién tengo miedo?
b) Martes: a María Magdalena la llenó de alegría y le quitó la tristeza, y después la convirtió en evangelizadora de la buena nueva: “¡CRISTO VIVE, HA RESUCITADO!”. ¿Vivo triste o alegre? ¿Qué o quién me quita la alegría?
c) Ayer miércoles: a los discípulos de Emaús les resucitó la esperanza, las ganas de vivir. Y después se convirtieron también en proclamadores y evangelizadores de esa buena nueva: “¡CRISTO VIVE, HA RESUCITADO!”. ¿Cómo está mi esperanza, en quién he puesto mi esperanza? ¿Qué o quién me quita mi esperanza en Cristo resucitado?
d) Y hoy se aparece a los apóstoles que estaban encerrados, tristes, preocupados, con remordimiento, por no haber defendido a Cristo y haberlo dejado solo. Y Cristo resucitado se les aparece para darles su paz y ánimo, y les explica todo.
2. ¿Qué gestos tiene Jesús resucitado con ellos?
a) No les regaña, sino los anima y les dice que no teman, que es Él.
b) Les enseña sus llagas para que vean que es cierto, que es Él. Esas llagas que seguirán siempre abiertas para que las miremos, nos metamos y nos dejemos tocar por ellas y así curarnos de nuestros remordimientos, pesares, miedos y tristezas.
c) Les pide algo para comer. ¡Qué gesto tan humano el de Jesús!
d) Les explica con bondad y paciencia todo lo que la Escritura dijo sobre el Mesías, para que entendieran todo lo que pasó.
e) Y les convierte en TESTIGOS, para que vayan por todas partes predicando esta buena nueva: “¡CRISTO VIVE Y HA RESUCITADO!”.
3. ¿Qué podemos aprender nosotros de este evangelio de hoy?
a) Mirar a Jesús en la Eucaristía y comer su cuerpo resucitado en la comunión.
b) Meter nuestros miedos y tristezas en sus llagas.
c) Guardar la paz que Él me da para llevarla por todas partes y así convertirnos en sus testigos. Paz que es paciencia, bondad, caridad, perdón.

Les deseo que sigamos viviendo esta semana de Pascua con mucha alegría, contagiando esa alegría a nuestro alrededor. Nadie que esté a nuestro lado debe sentir tristeza o desolación. Un saludo especial a los sacerdotes por ser jueves sacerdotal. Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.