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Evangelio 17 Septiembre | Jesús recorría pueblos y ciudades

RESUMEN DEL EVANGELIO, VIERNES 17 DE SEPTIEMBRE
SAN ROBERTO BELARMINO, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA, SIGLO XVII

Lucas 8, 1-3: ¡Vivan las mujeres! Podría ser el grito hoy, después de estar festejando la independencia en tantos países. Las mujeres seguían y servían a Jesús, cosa que en otras civilizaciones era impensable e inaudito. ¡Vivan las mujeres!

En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.
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MI COMENTARIO

1. Antes de Cristo, ¿quién era la mujer y a qué se dedicaba? En mi libro sobre Jesucristo lo describí así: “¿Cómo se comportaba Jesús ante la mujer? ¿Huyó de ellas? ¿Las esquivaba? Nadie quedaba excluido de su redención. Mucho menos, la mujer, en quien Jesús puso tanta confianza, como guardiana de los valores humanos y religiosos del hogar. Jesús supo tratar a la mujer con gran respeto y dignidad, valorando toda la riqueza espiritual que ella trae consigo, en orden a la educación humana y moral de los hijos y a la formación de un hogar donde reine la comprensión, el cariño y la paz, y donde Dios sea el centro. Antes de Cristo, la mujer se consideraba como posesión del marido. Estaba obligada a las faenas domésticas, no podía salir de casa sino a lo necesario y convenientemente velada, no podía conversar a solas con ningún hombre so pena de ser considerada como indigna y hasta adúltera. Ante cualquier sospecha de infidelidad, debía someterse a la prueba de los celos (cf. Num 5, 12-18). Tres veces al día todo judío varón rezaba así: “Bendito seas tú, Señor, porque no me has hecho gentil, mujer o esclavo”. A lo que la mujer debía responder, agachada la cabeza: “Bendito sea el Señor que me ha creado según su voluntad”. Y el rabinismo de la época de Jesús repetía tercamente que “mucho mejor sería que la Ley desapareciera entre las llamas, antes que ser entregada a las mujeres”.
2. Partiendo de los Evangelios, ¿qué características tienen las mujeres?

• Trabajadora.
• Cuidadosa, atenta y solícita.
• Afectiva y comunicativa.
• Esposa previsora.
• Insistente.
• Servicial y generosa.
• Feliz en el sacrificio.
• Humilde y oculta.
• De fina sensibilidad.
• Fiel en los momentos difíciles.

3. La Iglesia ha promovido también, siguien el ejemplo de Cristo, a la mujer. Vayamos a las parroquias y veamos el trabajo maravilloso que realizan las mujeres. Casi el 80% están ahí firmes ayudando a los párrocos. Y el Papa también se ha rodeado de mujeres en varios dicasterios de la curia. ¡Tiene tanto que aportar la mujer!

Agradezcamos hoy el trabajo y la dedicación de las mujeres en el mundo y en la Iglesia. Sepamos respetarlas como hizo Jesús. Recemos por ellas. Y encomendemos a las mujeres a la intercesión de María, la mujer modelo. Les mando la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.