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Evangelio 12 Enero |Este es mi hijo amado, el predilecto

RESUMEN EVANGELIO DOMINGO 12 DE ENERO, FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR, MATEO 3, 13-17:

Entonces Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él.
Juan se resistía, diciéndole: «Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!».
Pero Jesús le respondió: «Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo». Y Juan se lo permitió.
Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él.
Y se oyó una voz del cielo que decía: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección».
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MI COMENTARIO

Repasemos el maravilloso regalo del bautismo, de nuestro bautismo. Con esta fiesta cerramos ya el ciclo de Navidad para iniciar mañana el tiempo litúrgico ordinario.

1. ¿Por qué y para qué Jesús quiso bautizarse, si Él no tenía pecado original ni pecados personales? ¿Por qué el bautismo de Jesús es un misterio luminoso, como nos dijo san Juan Pablo II? La razón es clara: Dios Padre quiso revelar ante el mundo que su Hijo Jesús en verdad es su verdadero Hijo, venido al mundo para hacernos a todos hijos de Dios, hermanos de Jesús, templos del Espíritu Santo, miembros de la Iglesia y herederos del cielo. Pero para eso tenía que purificarnos y quitarnos el pecado original, con el que todos nacemos. ¿No es maravilloso este sacramento?
2. Por eso, el bautismo es el sacramento más importante de todos, y es la puerta para recibir los demás sacramentos. En ese día llegamos a ser hijos adoptivos de Dios por la gracia, y Dios infunde en nuestra alma todas las virtudes y dones del Espíritu Santo, como semilla que después tendremos que regar, abonar, cuidar para que se conviertan en frutos de santidad.
3. En este día agradezcamos a Dios el don del bautismo. Recordemos este maravilloso día. En la misa de hoy elevemos nuestro pensamiento y renovemos nuestro compromiso de seguir trabajando por nuestra santidad y de ir quitando de nosotros las cosas malas, vicios y malas costumbres. Y el segundo compromiso asumido el día del bautismo es ser apóstol de Cristo, es decir, predicar a Cristo con la palabra y sobre todo por el ejemplo. Sólo en Cristo está la salvación.

Les deseo un santo domingo, y les mando la bendición de Dios a cada uno. P. Antonio Rivero, LC