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Evangélio 1 Marzo|Los primeros serán últimos y los últimos serán primeros

RESUMEN DEL EVANGELIO, MARTES 1 DE MARZO

Marcos 10, 28-31: En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora en el presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna. Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros».
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MI COMENTARIO

¿Qué dará Cristo a quienes dejan todo por él?

1. Podríamos pensar que Pedro y los demás apóstoles son unos interesados, que sólo piensan en la ganancia. Y sí, como seres humanos que son, esperan una recompensa por seguir a Jesús, especialmente después de ver cómo las autoridades y cada vez más las personas se van oponiendo al Maestro. Seguir a Cristo implica muchos riesgos y estos hombres que son gente sencilla, pues querían asegurarse un futuro. Por eso, no está de más preguntarse qué les espera como recompensa, a ellos y a quienes dejan todo por Jesús.
2. Cristo les ha prometido: “Recibirán el ciento por uno aquí, pero con persecuciones, y después la vida eterna” (Mc 10,30). Él no se deja ganar en generosidad. Jesús es realista y no quiere engañar. Ser discípulo suyo, si lo somos de verdad, nos traerá dificultades, problemas. Pero Jesús considera las persecuciones y las dificultades como un premio, ya que nos ayudan a crecer en nuestra fe y confianza en él, si las sabemos aceptar y vivir como una ocasión de ganar en madurez y en responsabilidad. Todo aquello que es motivo de sacrificio nos asemeja a Jesucristo que nos salva por su muerte en Cruz.
3. Siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a Jesucristo. Estos tiempos y todo tiempo nos permiten —por medio de la oración y de los sacramentos— averiguar si entre los discípulos que Él busca estamos nosotros, y veremos también cuál ha de ser nuestra respuesta a esta llamada. Al lado de respuestas radicales (como la de los Apóstoles) hay otras. Para muchos, dejar “casa, hermanos, hermanas, madre, padre…” significará dejar todo aquello que nos impida vivir en profundidad la amistad con Jesucristo y, como consecuencia, serle sus testigos ante el mundo. Y esto es urgente, ¿no te parece? Para pasar de ser «admirador» de Cristo a ser su discípulo, hay que renunciar a todos los bienes, afectiva y efectivamente. La contrapartida a esta renuncia por Cristo es “¡Vente conmigo!”, la llamada definitiva a estar con Él, … ¡En Él! María es modelo claro de vivir con poco teniéndolo todo, de estar abiertos a los planes de Dios, aunque en ocasiones nos desconcierte. Madre nuestra, que sepamos dejarlo todo a los pies de tu Hijo.

Pidamos hoy, especialmente, por quienes han dejado todo para seguir a Jesús en la vida religiosa y sacerdotal, para que sean fieles al llamado que les ha hecho Jesús para seguirle por este camino estrecho. Y preparémonos para comenzar mañana la Cuaresma. Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.