Miércoles 16 de septiembre
RESUMEN DEL EVANGELIO, MIÉRCOLES 16 DE SEPTIEMBRE
MEMORIA DE LOS SANTOS MÁRTIRES CORNELIO, PAPA, Y CIPRIANO, OBISPO AFRICANO
Fueron víctimas de la persecución de Valeriano en el siglo III
Lucas 7, 31-35: En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no habéis llorado’. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos».
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MI COMENTARIO
1. ¿Por qué algunos seres humanos somos tan caprichosos, quejumbrosos y renuentes al evangelio? Jesús estaría un poco enojado, disgustado en esos momentos: criticaban a Juan bautista, porque era austero y penitente y gritaba conversión, cantando “las cuarenta” a quienes iban por mal camino; y le criticaron a Él porque comía y bebía, como todo hombre normal, y derramaba misericordia por todas partes, a quienes estaban arrepentidos.
2. Hoy como ayer hay gente insatisfecha con su trabajo, con su vida, con su familia, con su ministerio y comienza a criticar a todos y de todo: que este Papa tal, este obispo cual, a este presidente le falta tal cosa, al otro le sobra; no tolero a mi esposo o a mi esposa, al párroco que acaba de llegar, pero tampoco quería al anterior porque era un tal por cual. Y lo peor de todo es que nos creemos superiores a Dios, y le indicamos cómo debe hacer su trabajo: “¡Si yo fuera Dios…ya hubiera detenido esta pandemia, y terminaría con el hambre y las enfermedades y los pobres y los migrantes, etc.!”.
3. ¿Por qué no vivimos con más confianza en Dios, alegrándonos de lo que Dios nos da y que tenemos, y no quejándonos por las cosas que están mal y que no podemos arreglar? Así hicieron los santos que hoy celebramos, san Cornelio y Cipriano, aunque les quitaron la vida física, pero nos dieron un ejemplo de valentía en la fe. Colaboremos con nuestro granito de arena para mejorar nuestro mundo, nuestra familia, nuestra comunidad, como estos mártires hicieron en su tiempo, uno en Roma, el Papa Cornelio, y el otro en África, Cipriano. Y hoy gozan de lo que todos anhelamos: la santidad. ¡Son santos! ¡Y además, santos mártires por la causa de Cristo y de la Iglesia!
Les mando a cada uno de ustedes la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.