DOMINGO 16 DE MAYO
SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS
RESUMEN DEL EVANGELIO, DOMINGO 16
SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR A LOS CIELOS
Marcos 16, 15-20: Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.»
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas;
podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán».
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.
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MI COMENTARIO
¿A dónde se dirigen nuestros ojos, nuestra mirada?
1. ¿En las cosas de la tierra? Terminaré idolatrando las cosas. Cuántos hay que tienen su mirada puesta solo aquí en el barro, idolatrando el dinero, el trabajo, las personas, la fama. Sólo miran y piensan en las cosas terrenas, sin dar dimensión de eternidad. Quedan miopes para las cosas importantes.
2. ¿En Cristo? Él me conducirá hacia el cielo y la eternidad. Y nos hará ver después las cosas de aquí de cara a la eternidad: el éxito o el fracaso, la salud o la enfermedad, la pobreza o la riqueza, la alabanza o la humillación, la tranquilidad o la tentación. Desde Cristo que ya triunfó y está en el cielo, todo se ve distinto y con sentido profundo. Desde Cristo miraremos a los pobres y necesitados como Cristo los miró. Y les ayudaremos.
3. En esta fiesta se nos tiene que quedar la luz de Cristo en nuestros ojos. Cristo quiere purificar nuestra mirada para que todo lo proyectemos hacia la eternidad. Miremos con ojos de eternidad esta nuestra amada Iglesia, que ahora sufre tantos desconciertos y confusiones. Miremos con ojos de eternidad nuestra familia y nuestros hijos, para ver un destello de la Sagrada Familia de Nazaret. Miremos a nuestros amigos con ojos de eternidad para invitarlos a elevar su mirada hacia arriba. Miremos con ojos de eternidad nuestro trabajo, por más elevado o humilde que sea, para que no nos esclavice ni sea ocasión de enriquecernos con avaricia. Miremos con ojos de eternidad al que nos ha hecho el mal, y así lo perdonaremos de todo corazón. Miremos con ojos de eternidad a los enfermos y pobres, para que despierten en nosotros la caridad para ayudarlos y visitarlos, pues son nuestros hermanos. Miremos con ojos de eternidad nuestros deberes políticos, las votaciones que están a punto de comenzar en varios países, para que siempre queramos el bien común y el bien de la nación. Miremos con ojos de eternidad nuestras comunidades donde trabajamos o prestamos ayuda; así no buscaremos nuestro provecho y terminará el ansia de escalar y pisotear a los demás. Miremos con ojos de eternidad nuestras enfermedades como ocasión para unirnos a la cruz de Cristo que sufrió tanto por nosotros.
Amigos, esta ha sido mi reflexión en este día de la Ascensión: PEDIR A CRISTO SU MIRADA, para ver todo desde Él, que está sentado a la derecha del Padre. Vayamos por el mundo con el resplandor de la luz de Cristo en nuestros ojos e invitemos a todos a aupar la mirada hacia la eternidad, hacia el cielo, que es nuestra patria definitiva. ¡Feliz domingo de la Ascensión! Les mando a cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.