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Evangelio 13 Enero|Venís conmigo y os haré pescadores de hombres

RESUMEN EVANGELIO 13 DE ENERO, SAN HILARIO DE POITIERS, MARCOS 1, 14-20: Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva». Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano de Simón, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres». Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco más adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras Él.
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MI COMENTARIO

El llamado de los primeros apóstoles: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”.

1. Comenzamos el Tiempo litúrgico llamado ordinario. Lo de “ordinario” no tendría que interpretarse como “poco importante” o “anodino”, incoloro, inodoro e insípido. No. Sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de los “tiempos fuertes” que son la Pascua y la Navidad, con su preparación y su prolongación. Este tiempo ordinario tiene su gracia especial, pues nos presenta a Cristo en su crecimiento, maduración, en su apostolado, en su ir y venir, curando, predicando, sanando. Y, sobre todo, buscando colaboradores para su misión.
2. Hoy, por ejemplo, llama a los primeros apóstoles: a Pedro y a su hermano Andrés, a Santiago y a su hermano Juan, los cuatro pescadores. Los llama y los invita a ser pescadores de hombres. Y ellos dejan todo y siguen a Jesús. ¿Qué habrán encontrado en Cristo? ¿Cuál sería la mirada y la voz de Cristo? Llama la atención la fuerza de atracción de Jesús.
3. Nos acompañará este tiempo el evangelio de Marcos, que no nos aporta tantos discursos de Jesús. Le interesa más la persona de Jesús, sus reacciones, sus miradas, sus sentimientos de afecto o de ira. No es un Jesús sentado, sino un Jesús que camina y busca a los hombres para ofrecerles la alegría de la salvación. Marcos nos presenta a Jesús como el Hijo de Dios, para que creamos en Él, le sigamos y en Él encontramos la felicidad.

También nosotros somos llamados por Jesús. Con gusto le acompañaremos este tiempo, le ofreceremos lo que somos, lo que tenemos, nuestro trabajo, nuestras alegrías y tristezas, nuestros éxitos y fracasos. Marcos no nos revela tanto qué es lo que enseña Jesús -aunque también lo dirá, claro- sino quién es Jesús y qué significa seguirle. Que Jesús hoy al mirarnos se sienta feliz y acompañado. ¡Feliz inicio del tiempo ordinario! Les mando cada uno la bendición de Dios, P. Antonio Rivero, L.C.